Hace seis años que San José de Ocoa lloró de manera colectiva la partida física del padre Luis José Quinn Cassidy, pero su espíritu sigue en el corazón de cada persona que vio y ha escuchado de la grandiosa obra de fe sembrada en cada rincón de la provincia por la que luchó hasta la muerte, siempre profesando su amor a este pueblo al que sirvió por alrededor de 42 años, pero es el mismo pueblo que le ha reconocido su labor, entrega, dedicación y accionar de un pro hombre de cualidades especiales para servir a sus semejantes. Al describir la obra del padre Luis siempre nos quedaremos cortos, pero nunca será suficiente lo que hablemos y los mayores testimonios están en los hombres y mujeres del campo por los que se preocupó y les enseñó a vivir, sobretodo con fe, obra y amor al prójimo. Al conmemorarse este 11 de octubre del 2013, seis años de su partida física, el pueblo lo recuerda con amor y la sencillez con la que vivió, obró y murió, siendo el propulsor principal del desarrollo de San José de Ocoa, pueblo que en una acción sin precedentes esperó por una semana en un silencio sepulcral, respeto y suspendido todo tipo de actividades, para luego en multitud recibir la caja de pino con su cuerpo y caminar, lo que se convirtió en un mar humano hasta la iglesia católica donde se rindieron los merecidos honores para finalmente ser enterrado allí su cuerpo, pero su obra seguirá enterrada en toda la provincia y en el corazón de cada ocoeño y ocoeña, sin importar la generación, y así será siempre, porque los hombres grandes nunca mueren.
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