La provincia San José de Ocoa se caracteriza por ser montañosa, lo que le permite tener un clima agradable en cualquier estación del año y es un espectáculo disfrutar de sus verdes montañas, pero todo este esplendor se ha visto amenazado por la mano del hombre sin conciencia que corta y quema los árboles sin control, ya sea para construir viviendas o para plantar alguna cosecha. Este artículo busca llevar conciencia de que aún podemos salvar el medio ambiente.
Es común ver nuestras montañas brotando humo, lo que hace un daño incalculable al medio ambiente y los recursos naturales, tanto por el humo como por el crimen de quemar los árboles, muchos de ellos con muchos años de existencia. Ya hemos escuchado que la sequía que se produce cada año tiene parte del origen en la destrucción de los bosques, pero también provoca fenómenos atmosféricos atípicos que causan daños millonarios.
San José de Ocoa, un manantial de agua, tiene a muchas familias sufriendo del preciado líquido, aunque ciertamente no hay necesidad de padecer de agua, no menos cierto es que la destrucción de los bosques han disminuido el caudal de los ríos y fuentes de aguas que han servido para alimentar los acueductos. Quemar árboles o cortarlos para algún cultivo, le podrá traer frutos en su cosecha, pero su familia y próximas generaciones sufrirán las consecuencia, y es lo que necesita saber cada ser humano,a menos que sea un egoísta criminal.
Las venideras generaciones serán las más sacrificadas con los daños que hoy en día se le provoca a la naturaleza, pero la generación de hoy tiene que entender eso y saber que el futuro del mundo pudiera estar en la conciencia de cada quien para hacer lo correcto. Así como existen personas que hacen daño a otros humanos, existen los que se lo hacen a las montañas, pero que en éste último caso, consideramos que están matando a todos lentamente de manera colectiva, incluso a personas que no han nacido.
La naturaleza nos ofrece preciosos espectáculos y es una bendición ver llover, disfrutar de un arcoirís, la luna, el sol, las flores y verdes montañas, entre otras maravillas que muchas veces la cotidianidad no nos permite valorar. La reforestación en Ocoa debe pasar más allá de un "bulto" mediático para la "prensa", a un compromiso social y con las presentes y futuras generaciones. El llevar conciencia de las consecuencias de la desforestación, debe ser una prioridad de cada ser humano, pues siempre tendremos villanos, pero podemos parar los que pudieran surgir.
La desforestación y destrucción del medio ambiente debe pararse con una campaña de conciencia y comprometiendo a cada comunitario que vive cercano a las montañas, pues los encargados de velar por el medio ambiente no pueden estar en todas partes, más que en el trabajo de reforestar en el tiempo ideal para ese proceso. Educar las comunidades de manera personal e insistir cada cierto tiempo, es una campaña que medio ambiente y los que de verdad quieren prevenir éstos desastres, debemos hacer. Sólo se necesita de personas con verdadera voluntad que formen brigadas mensualmente para educar sobre el daño que provoca esta acción, pero sobretodo para que sean vigilantes celosos de la vida del bosque.
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