Semanas antes de fallecer, el padre Luis Quinn recibió la gran noticia de la aprobación de su proyecto para la construcción de 10 hidroeléctricas para la provincia San José de Ocoa que había gestionado a través de la Oficina Nacional de los Fondos Europeos para el Desarrollo (ONFED); proyectos hidroeléctricos que también se fueron a la tumba con el padre y no recibió el seguimiento debido para ser ejecutado, mucho menos han aparecido autoridades con la visión para dedicarse a desarrollar tan importante proyecto que vendría a impulsar esas comunidades con necesidad de electricidad limpia, aprovechando las fuentes de agua con las que cuenta Ocoa.
San José de Ocoa, gracias a Dios tiene muchas fuentes de agua para lograr tener energía y agua potable en casi el 90% de la provincia, siendo conservador, pero no han sido aprovechadas en su totalidad para lograr que el pueblo deje de padecer de esos servicios vitales. La naturaleza ha sido noble con Ocoa, no así los que han tenido el poder para cambiar la calidad de vida de los ocoeños, pues no se justifica que la provincia tenga períodos padeciendo de agua en los hogares y mucho mayor problema diario de energía eléctrica, sabiendo que nuestro territorio le suple esos servicios a una buena parte de Santo Domingo, Baní y San Cristóbal a través de la presa Jiguey-Aguacate. Si no quieren que Ocoa reciba directamente los beneficios por tener la presa en nuestra tierra, al menos deben construirnos esas hidroeléctricas y con ello pagarnos esa deuda que tienen por el uso de nuestro espacio desde 1992.
El municipio Rancho Arriba recibe energía desde la provincia Monseñor Nouel, y aunque no tienen que pagarla, de la misma forma les quita el derecho a reclamar que se suministre el servicio, por lo que les quitan la energía cuando quieren. Con las fuentes de agua que tiene ese importante municipio, es para que sea tomado en cuenta para la construcción de hidroeléctricas que puedan suplir la energía y el agua que consumen sin necesidad de que falte en ningún momento. Eso mismo puede suceder con los distritos municipales el Pinar, La Ciénaga, Naranjal y Nizao, que tienen importantes fuentes de agua para producir su propia energía y agua potable. Lo que parece es que no hay la intensión de hacer esa inversión que pueda traer la solución de esos servicios a las comunidades, pues no les conviene que le quiten el negocio que tienen las empresas distribuidoras de electricidad y su socio, el Estado Dominicano, pero tampoco tenemos alguien con la voluntad y gallardía del padre Luis Quinn para que se oiga este reclamo ni ejecute ese proyecto que quedó sepultado el 11 de octubre del 2007.
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